top of page
  • Foto del escritorEfrén Con uVe de Viaje

Breve guía sobre el Transiberiano


En la actualidad se pueden encontrar cientos de blogs, guías o artículos de Internet que hablan sobre el Transiberiano (algunos tan buenos y de gran ayuda para nosotros como Seat61, Rusalia, los incansables de la Ruta del Mate y Sapore de China). Nosotros, como ya sabéis, estamos viajando en estos momentos y no tenemos ni el tiempo ni los recursos para ofreceros algo que supere en calidad a estos (aunque todo se andará). De todas formas y para celebrar que hemos llegado por fin a Beijing (un mes después de que partiéramos de San Petersburgo utilizando sólo el tren como medio de trasporte) creemos que lo que sí podemos hacer es una breve guía sobre nuestra experiencia a bordo del mítico Transiberiano, con la información básica y necesaria además de pequeños trucos que creemos son importantes para todos lo que queráis hacer un viaje como este. ¡Viajeros al tren!

Antes de subirse al tren:

Para empezar tenemos que aclarar que el Transiberiano no es un único tren sino una enorme red ferroviaria que une los más de 9000 km que separan Moscú y Vladivostov. Además de esta, existen dos ramificaciones que aprovechando parte de la ruta del Transiberiano unen la capital rusa con Beijing: Un recorrido llamado Transmanchuriano, que entra en China a través de región de Manchuria y otro, el Transmongoliano que atraviesa Mongolia de norte a sur antes de entrar en el gigante asiático. Nosotros, como ya sabréis, escogimos esta última opción para inciar nuestra vuelta al mundo ya que nos apetecía pasearnos unos días por el país de Gengis Kan. Si queréis saber más podéis echar un vistazo a nuestra serie de entradas Descubriendo Mongolia.

Aunque existen varios trenes que hacen el recorrido completo (como por el ejemplo el Rossiya), lo normal es que la mayoría de viajeros haga sólo trayectos entre ciudades como si de un tren normal se tratase. La mayor parte de turistas y viajeros internacionales, como nosotros, va haciendo paradas de distinta duración en varios puntos del recorrido (dependiendo sobre todo del tiempo y dinero disponibles) y otros, los que menos, se atreven a hacer el recorrido completo sin paradas. Como hay cientos de trenes que circulan entre diversos tramos del itinerario, las distintas combinaciones que se pueden encontrar son casi infinitas y nosotros completamos los más de 7500 kilómetros del Transmongoliano en 6 etapas y 30 días.

Como comprar el billete de tren

Como no existe un billete único (tipo interrail) lo que hay que hacer es ir comprando los tramos individualmente. Se pueden reservar por adelantado con un máximo de 45 días (o más si se hace a través de una agencia). Nosotros decidimos hacerlo a través de la página oficial de la compañía de trenes rusa (RZD). Es muy sencillo y rápido y nos

permite ver todas las opciones disponibles e incluso escoger la plaza deseada.

También se puede comprar a través de agencias de viaje y páginas de Internet que hacen de intermediarios (aunque estos cobran una comisión bastante grande en la mayor parte de la veces) o directamente en la taquilla de las estaciones (también tienen máquinas expendedoras de billetes). Esta opción es arriesgada porque muchos de los trenes van llenos y puede darse el caso de que lleguéis a la estación y os encontréis sin billete y teniendo que pagar más por otra clase o directamente otro tren. Nosotros usamos esta opción sólo para el billete de entrada en Mongolia ya que este no se puede comprar por Internet y el de entrada en china lo hicimos a través de la persona que nos ayudó a tramitar el visado de este país.

Fuente: Rusalia (una buena guía para comprar billetes por internet)

Qué tenemos que tener en cuenta:

A la hora de comprar el billete hay que tener claro la clase que se necesita ya que el precio cambia considerablemente de unas a otras. Nosotros intentamos viajar siempre en la opción más económica disponible y usamos las clases kupé (segunda) y platskartny (tercera). La diferencia entre ambas (a parte del precio) es que en la primera vas en un compartimento cerrado de cuatro personas y en la segunda todo el vagón es un espacio abierto y no hay tanta intimidad.

A nosotros nos gustó más la clase platskartny, que es la que usa la mayoría de la gente rusa, es más auténtica y totalmente diferente a lo que hubiésemos visto hasta entonces viajando en trenes de otras partes del mundo. En esta clase es importante escoger bien el "asiento", ya que las plazas de los extremos del vagón están cerca del baño o del depósito de agua caliente por lo que continuamente habrá gente que va y que viene y tal vez sea un poco incordio. Otro aspecto a tener en cuenta es que la litera de abajo es más cara y en tercera clase las camas del pasillo son las más baratas.

Vagón de la clase platksartny.

Los vagones de segunda son como

cualquier otro coche-litera en el mundo.

Antes de continuar queremos decir que el Trasnsiberiano no tiene por qué ser caro. A nosotros la suma de los billetes de tren que nos llevaron desde San Petersburgo hasta Beijing no pasó los 350€ por persona, una cifra considerablemente pequeña teniendo en cuenta la distancia que recorrimos y la comodidad de viajar en tren (si se dispone de tiempo).

Dentro del tren:

Ya con los billetes comprados solo queda esperar el "viajeros al tren" y buscar tu plaza. En el tren lo mejor es ponerse cómodo y relajarse, las distancias pueden ser largas o enormes dependiendo de dónde se quiera parar. Pueden ser desde varias horas hasta 7 días si se quiere hacer la ruta completa non stop. Nosotros batimos nuestro record en el tramo entre Yekaterimburgo e Irkutsk con más de 55h. Los paisajes son a veces un poco monótonos y una buena manera de que las horas pasen más rápido es llevarse buena literatura y dejar la mente volar durante el mismo viaje.

Momentos de lectura.

Otro truco para salvar algo de dinero es planificar las etapas en trenes que salgan de noche y lleguen por la mañana. De esta manera se tiene más tiempo para visitar las ciudades y de paso se ahorra en noches de alojamiento. Las literas tienen almohada, sábanas y una manta (que si no está en la litera suelen dártela al poco de comenzar) son cómodas y como norma general está caliente dentro de los vagones. Además el "tracatrá" actúa como potente somnífero.

Momento siesta.

Diferencias dentro de los trenes

Hay trenes de muchos tipos, desde los más nuevos en las rutas cercanas a Moscú, más rápidos y cómodos que incluso disponen de enchufes y hasta WiFi, a los más viejos, lentos y ruidosos dónde el agua se calienta en una cocina de carbón. Cada tren es distinto y puede que también haya diferencias de un vagón a otro por lo que no nos atrevemos a generalizar, aunque por norma general los trenes rusos están muy limpios, con constantes limpiezas generales y en los baños hay jabón y papel. Sin embargo los trenes chinos suelen estar más sucios y los baños dejan mucho que desear a medida que el viaje avanza. En estos últimos es muy importante no olvidar vuestro papel higiénico. Ah, y no olvidéis que en muchas paradas los baños se cierran, así que estar al tanto sobre todo en los pasos fronterizos ya que la espera -os lo decimos por experiencia- se puede hacer larga.

Así calientan el agua en los trenes chinos.

Cruzando fronteras

Una de las cosas que más nos desconcertaba a nosotros eran los pasos fronterizos entre Rusia y Mongolia y entre Mongolia y China. Tanto en uno como en otro se emplean más de 4 horas (en el paso Mongolia/China se tardan unas 6 horas ya que es necesario cambiar las ruedas debido al diferente ancho de vía entre países) y no hace falta bajarse del tren ya que los oficiales de los puestos fronterizos suben al mismo y hacen los trámites necesarios.

Menú de a bordo

El tema de la comida en trayectos largos puede solucionarse fácilmente. En todos los trenes hay comedores (el coche-restaurante cambia de nacionalidad al cambiar de país por lo que se puede comer comida rusa, mongola o china dependiendo del trayecto) pero aunque no son excesivamente caros nosotros nos decidimos por la opción más económica que no es otra que llevar nuestra propia comida. Cada grupo de literas tiene una mesa y se puede utilizar el agua del tren para cocinar noodles y para preparar una taza de té o café.

Rico, rico...

Si los trenes son rusos, hay una pequeña tienda donde comprar comida y otros productos directamente a la provodnitsa o encargada del vagón (suelen ser mujeres aunque cada vez hay más chicos jóvenes haciendo este trabajo) e incluso te dejan una taza bastante chula si les entras por buen ojo. En los trenes chinos no existe esta posibilidad, pero en el trayecto de Ulan Bator a Beijing recibimos un vale para el desayuno y la comida, y si como a nosotros os gusta tomar un té o café calentito es imprescindible que llevéis vuestra propia taza (o fabriquéis una con media botella de agua). Como los trenes hacen muchas paradas, unas más largas que otras, otra opción es comprar comida en los puestos de las estaciones o a las vendedoras que circulan por los andenes, además así se estiran un poco las piernas, se respira un poco de aire fresco y se pueden conocer otros viajeros.

En nuestra oficina por unos días.

Concluyendo

A modo de resumen esta es más o menos toda la información que nosotros consideramos importante conocer cuando se va a hacer el Transiberiano (o alguna de sus variantes) y como veis no es tan difícil, complicado ni caro, pero si aún tenéis alguna duda no dudéis en escribirnos. Nosotros llegamos a China encantados con esta experiencia y deseándo que no se acabase nunca. Comenzar una gran odisea como la vuelta al mundo con uno de los grandes viajes por excelencia, el Transmongoliano, es una aventura simplemente irrepetible. El siguiente objetivo es recorrer China también en tren ¿lo conseguiremos?

217 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page