En mayo de 2016 y en medio de una vuelta al mundo nos embarcamos en una aventura sin precedentes. Un viaje en moto de dos semanas en el que, si todo iba bien, recorreríamos más de 3000 kilómetros. Desde Delhi conduciríamos hacia el noroeste, hasta llegar a la refrescante Manali, en el montañoso estado de Himachal Pradesh. Desde aquí seguiríamos camino de Leh, en la región budista de Ladakh, adentrándonos un poco más hacia el corazón del Himalaya. A continuación exploraríamos el remoto Valle de Nubra y el lago de Pangsong, con las gigantescas cimas del Karakorum como testigos mudos de nuestras andaduras. Por último, nos alejaríamos aún más hacia el fértil valle de Cachemira, para regresar finalmente al punto de partida. Un recorrido inolvidable a través de paisajes impresionantes y culturas milenarias. Un viaje, en definitiva, épico.
El mapa de la ruta
Diario de un viaje en moto:
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Etapa 4: Manali – Paso de Rohtang – Darcha (150 km). Rumbo a Leh.
La mañana comenzó con sendos pinchazos en las motos de Ranga y Vishwa por lo que mientras ellos lo solucionaban Sandesh y nosotros dos nos adelantamos a ritmo lento para más tarde ser alcanzados por el resto del grupo. Por delante teníamos dos duras etapas que nos llevarían hasta Leh, atravesando la espectacular cordillera de Zanskar. Desde Manali (situada a 2050 metros sobre el nivel del mar) hasta Rohtang Pass (3978 m) sólo hay unos 50 kilómetros. Cuando uno se imagina que va a subir a cerca de 4000 metros, en el paso más alto del día, no se espera que una marabunta de gente haya decidido tomar la misma ruta. Sin embargo, cuando un país con casi 1300 millones de habitantes se encuentra en vacaciones es difícil encontrar tranquilidad en algún lugar.
Con nuestras Thunderbird los inexplicables atascos por esta estrecha carretera se sortean con facilidad y tras pasar un primer control de documentación, en poco tiempo llegábamos a los 3978 metros del Paso de Rotang. Esta cima es uno de los lugares preferidos de los visitantes de Manali así que no nos sorprendimos cuando nos encontramos a cientos de personas disfrutando de la nieve del cada vez más escaso glaciar de Rotang.
Camino de Rohtang Pass
Cumpliendo los pronósticos de Ranga, a partir de allí cada vez encontramos menos tráfico. Sin embargo, la bajada hasta Khoksar (donde hay otro control) fue dura ya que la carretera se encontraba en un estado pésimo, y desde allí, continuamos nuestro camino adentrándonos por paisajes cada vez más espectaculares –aunque Ranga siguía diciendo que esto no era nada-. Repostamos en Tandi, en la única gasolinera en los próximos 365 kilometros, y cerca de allí, en Keylong, buscamos un taller donde hacer reparaciones básicas.
¡Rumbo a Leh!
Tras comer, todos juntos seguimos nuestro camino que volvía a tender hacia arriba, aunque no por muchos más kilómetros. El día se hacía largo tras sólo 150 kilómetros por lo que decidimos parar a hacer noche en un pequeño bar-tienda-restaurante-alojamiento de los muchos que se encuentran nada más pasar el control de documentación de la pequeña población de Darcha.
Nuestro pequeño "hotel" en Darcha
Etapa 5: Darcha – Leh (330 km). Los pasos en alto.
La etapa posiblemente más dura del viaje nos esperaba. Más de 330 kilómetros y numerosos pasos en alto por encima de los 4500 metros no presagiaban un día fácil. Es por eso que Carmen y yo decidimos comenzar un poco más temprano que el resto del grupo, cuya conducción por lo general era más rápida que la nuestra. En esta etapa atravesamos posiblemente alguno de los mejores paisajes del viaje, con tramos de carretera espectaculares y lugares que no parecen de este planeta.
Hito kilométrico con las alturas de los pasos en alto
El primer reto fue Baralacha La (4890 m), desde donde descenderíamos unos mil metros de desnivel hasta el comienzo de las 22 curvas de Gata Loops. Desde aquí subimos en menos de 40 kilómetros hasta Lachunglang La (5070 m). Tras un breve descenso volvemos a ascender, esta vez más progresivamente a través de los Moore Plains, donde nos encontramos con una interminable recta en la que podemos poner a prueba nuestras motos. El último paso en alto del día nos espera a pocos kilómetros. Taglang La y sus 5328 metros se hacen muy duros. Tras hacer un breve alto nos despedimos de los picos nevados de más de 6000 metros y nos lanzamos a por el tramo final. Nos quedan unos 100 kilómetros de descenso hasta Leh a donde llegamos bien entrada la noche, con el tiempo justo para encontrar un alojamiento decente y buscar algo de comida caliente.
Los paisajes insólitos del Himalaya
No sé si soy capaz de transmitir la dureza de esta etapa con mis palabras. En este tramo de carretera que únicamente es circulable un par de meses al año, un gran porcentaje de la misma se encuentra en mal estado y sin asfaltar. Hay zonas de barro, polvo y muchos baches. Incluso atravesamos tramos en los que el deshielo estival ha convertido el camino en un río... y todo esto circulando a gran altitud y con frío, mucho frío. ¡Ah! y con barrancos de centenares de metros a nuestros lados. No se os pueden olvidar los barrancos.
La ruta: polvo, agua y barro
Etapa 6: Descanso en Leh
Aunque en esta ocasión no hizo falta insistir mucho, también aquí tuvimos que convencer al resto del grupo para tomarnos otro día de descanso. Además necesitábamos los permisos especiales (para extranjeros es necesario obtenerlos en alguna de las numerosas agencias turísticas) para continuar hacia el Valle de Nubra y atravesar Khardung La, conocido como el paso de montaña circulable más alto del mundo. De paso, también aprovechamos para visitar la antigua capital del reino de Ladahk, Leh, pasear por sus ajetreadas calles, comprar recuerdos y disfrutar una vez más de la sabrosa gastronomía del país. No se puede dejar de visitar el Palacio de Leh, antigua residencia real, ni la estupa Shanti desde la que se puede observar la ciudad y el fértil valle agrícola de Leh.
A la mañana siguiente teníamos pensado ascender el paso más alto del mundo y mientras compraba un parche conmemorativo para coser en mi chaqueta en el caso de que consiguiésemos cruzarlo, empecé a darle vueltas a la cabeza ya que 5603 metros me parecían muchos metros. Una rápida búsqueda en Google y todo nuestro gozo en un pozo. Al parecer, el tan promocionado paso "más alto del mundo" no lo es tal, y todas las mediciones confirman que la altura real es mucho menos… al día siguiente lo comprobaríamos por nosotros mismos.
Leh, antigua capital del reino de Ladahk
Etapa7: Leh – Khardung La – Nubra Valley (180 km)
Khardung La se encuentra a menos de 60 kilómetros de Leh por una carretera en bastante buen estado -si no contamos el último tramo que no superara los diez kilómetros-. Aunque menos turística que Manali, Leh también es un destino vacacional y muchas familias indias también aprovechan la visita para acercarse hasta el supuesto paso circulable más alto del mundo. El tráfico durante la subida es más o menos fluido aunque en los primeros kilómetros encontramos numerosos taxis-turísticos. Tras pasar el primer control, donde se comprueban nuestros permisos y donde nos reclaman una copia de los mismos que no llevábamos (aunque todo se puede solucionar hablando en la India, es importante llevar varias copias de los mismos), cada vez estamos más solos por una buena carretera. Sin duda, la decisión de partir temprano fue un acierto. Llegamos arriba sin mucho esfuerzo. Son varios los días con nuestra Royal Einfield y cada vez nos adaptamos mejor a las inclemencias de la carretera. No importa el barro, la nieve, el agua, los baches… poco a poco nos gusta más la sensación de luchar contra los elementos y disfrutamos sin preocuparnos tanto de las condiciones.
Una vez en la cima, más de lo mismo: cientos de personas tratando de hacerse una foto en el cartel que señala el hito. Niños corriendo y señoras en sari se mezclan con grupos de amigos y todo entre un montón de moteros que también esperan para hacerse la foto. Mientras esperamos nuestro turno decido salir de dudas. Con el GPS comprobamos que los rumores eran ciertos y la farsa se confirma: 5383 metros sobre el nivel del mar en lugar de los 5603 metros. Aún así estamos muy contentos, hemos llegado hasta aquí, sufriendo lo insufrible pero llegamos. ¡Qué lejos quedan aquellos primeros kilómetros en Delhi!
¡Khardungla Top!
Desde la cima aún nos queda un largo descenso hasta el Valle del Nubra, así que tras la sesión de fotos nos subimos de nuevo a nuestra inseparable montura y continuamos nuestro camino. El paisaje que nos encontramos al llegar al Nubra Valley nos deja boquiabiertos. Desde nuestros pies, sobre la infinita llanura del valle fluvial, las
montañas se levantan casi tres kilómetros, hasta más de 6000 metros. Rodamos por carreteras tranquilas a través pequeños pueblos remotos y el sol hace que todo tenga tonos más cálidos. Se respira paz en el valle. Visitamos unos pequeños (muy pequeños) baños termales (no merece la pena) y finalmente descansamos tras encontrar un muy buen alojamiento en el centro del pueblo de Diskit, donde como ya es costumbre, también hacemos la visita de rigor al taller.
Las "termas"
Nubra Valley
Si continuásemos pocos kilómetros más por estas carreteras estaríamos en la frontera con Pakistan, pero a los civiles no se les permite llegar hasta allí y menos a los extranjeros. Ya casi llegamos, solo queda un capítulo más, ¿vamos?
La aventura continúa: Norte de India: diario de un viaje en moto (tercera parte)
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