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  • Carmen con uVe

Descubriendo Colombia: Entender Medellín


Quien nos haya leído alguna vez sabe que disfrutamos más de los lugares pequeños como los pueblos pesqueros o aldeas rurales y no tanto de las grandes urbes. Cuanto más grandes son las ciudades más crece la brecha entre ricos y pobres, y esto es algo que se repite en todos los países y continentes. La gente migra a las grandes ciudades en busca de mejores oportunidades y, a menudo, acaban sumergidos en un círculo de miseria, desgracia y hambre. Medellín es un ejemplo de ello. Los conflictos políticos y sociales que sufrió Colombia en el siglo XX provocaron grandes movimientos migratorios, principalmente desde las zonas rurales a las urbanas y Medellín vio multiplicarse su población. En la década de los 50 no tenía ni medio millón de habitantes y a día de hoy supera los 3 millones.

Entender Medellín implica entender su historia y sus circunstancias, la de la gente proveniente de todos los rincones del país, la de los conflictos políticos y sociales, la del desarrollo económico, la del narcotráfico e incluso la del metro, su principal eje de transporte. La ciudad de Medellín se dio a conocer al mundo por la violencia sufrida en los 80, por las guerras de los narcos, Pablo Escobar, las guerrillas, los paramilitares... Sin embargo, Medellín es mucho más que eso: es un ejemplo de transformación, tanto urbanística como social. En esta entrada os hablaremos de varios lugares que consideramos imprescindibles para entender Medellín, para quererla, para degustarla y para saber ser críticos con ella.

¡Bienvenidos a Medellín!

Medellín, 275 barrios, 16 comunas

Medellín es la capital del Departamento de Antioquía, primer departamento exportador de Colombia. La región, por tanto, es de las más ricas del país y los paisas (que es como se llama a sus habitantes) se describen como grandes trabajadores. A los de Bogotá, en cambio, se les llama rolos y conocida es la confrontación entre las dos ciudades.

La capital de los paisas se extiende por infinidad de barrios, 275 en total, divididos en 16 comunas, cada una con una identidad diferente. Encontramos barrios más lujosos como Laureles o El Poblado (el mejor para alojarse dada la seguridad y la cantidad de hostales) y barrios más humildes, como los asentamientos informales también conocidos como zonas de invasión, tan frecuentes en las ciudades latinoamericanas.

Casas de un barrio "informal", Comuna 13

Medellín tiene un centro histórico ya casi inexistente, con poco que ofrecer al visitante y probablemente una de las zonas más inseguras de la ciudad (Comuna 10 - La Candelaria). Lo más emblemático es la Plaza Botero que es un museo al aire libre con esculturas del artista colombiano Fernando Botero, conocido por su gente voluptuosa. En la misma plaza está el Museo de Antioquía y el Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe. Otros lugares de interés en el centro son el Parque de las Luces, el Parque Berrío o la Catredral Metropolitana. Si queremos visitar ésta última podemos bajarnos en la parada de metro Prado. Desde allí y hacia la Plaza Botero podemos caminar bajo las vías del puente elevado del metro, entre la infinidad de puestos del mercado de pulgas también conocido como Bazares del Prado o mercado "Agáchese". No es un lugar muy recomendable y para nada el viajero debería pasearse por estas calles por la noche. Sin embargo, es un lugar peculiar, que muestra otra realidad de la ciudad, de las que no aparecen en las guías de viaje, de las de los habitantes de calle, del Medellín más olvidado, aún estando en el centro de la ciudad...

Galería fotográfica: Plaza Botero y Centro

Cultura Metro

Moverse por Medellín es fácil y cómodo. Es la única ciudad de Colombia que tiene metro y se completa con cinco cables (teleféricos), un tranvía y dos líneas de autobús. Esta amplia red de transporte estructura la ciudad, disminuyendo el tráfico y hace de Medellín un ejemplo para muchas ciudades latinoamericanas. En este aspecto le gana con mucho la batalla a Bogotá (la capital colombiana) cuyo sistema de transportes es ineficiente y contaminante.

El billete sencillo cuesta 2400 pesos. Para evitar la espera cada vez que uno toma el metro o el cable, lo mejor es adquirir una tarjeta eventual con varios viajes. No es recargable pero es gratuita, así que se pueden adquirir las que se necesiten. Cuando a la tarjeta le queda un solo viaje simplemente se introduce en la ranura de la barrera de acceso en lugar de pasarla por el detector y así puede ser reutilizada más adelante por otros usuarios.

El metro de Medellín está limpio, cuidado y es respetado por los usuarios. Los mensajes de "cultura metro" se repiten en todas las paradas, facilitando la organización e insistiendo en el buen uso de las instalaciones. Estos mensajes son un elemento educador que, creemos, es parte de la identidad de Medellín.

A falta de fotos del metro, una de buñuelos paisas. ¡Ñam!

Museo Casa de la Memoria

Son varios los museos que se pueden visitar en Medellín, pero nuestra recomendación es que no dejéis de visitar el Museo Casa de la Memoria, para entender cómo los conflictos sociales y la violencia sufrida han sido claves en la identidad de la ciudad. El Museo es un proyecto nacido en 2006 "con el fin de contribuir desde el ejercicio de la memoria en escenarios de diálogos abiertos y plurales, críticos y reflexivos, a la comprensión y superación del conflicto armado y las diversas violencias de Medellín, Antioquia y del país".

El Museo está abierto de 9h a 18h por semana y de 10h a 16h en fin de semana y su visita es gratuita. Los lunes está cerrado. Si uno quiere hacer la visita con audioguía se la puede descargar gratuitamente por internet. Para llegar hay que tomar el tranvía hasta la parada Bicentenario. Si uno llega con hambre, puede bajarse una parada después, en Buenos Aires y visitar Los Mercados del travía, un espacio con diferentes puestos de comida, desde comida peruana hasta sushi.

La Casa de la Memoria es un proyecto participativo y vivo, con diferentes líneas de trabajo y exposiciones para sensibilizar y construir memoria y cuya máxima es la no repetición de estos hechos violentos. Es una visita obligada para locales, colombianos y extranjeros. Porque es la historia de la humanidad y de la violencia que se repite en demasiadas partes del mundo. Los paisas han hecho aquí un gran trabajo de reflexión y memoria que merece la pena compartir.

Comuna 13, historia de transformación

Nadie se podría imaginar hace unos años que la Comuna 13 se convertiría en uno de los lugares más visitados de Medellín. Un lugar con mala fama, conocido por su inseguridad, y que, gracias al esfuerzo y la lucha de sus habitantes, ha ido transformándose a sí mismo. Hoy en día son cientos los visitantes, tanto nacionales como extranjeros, que visitan la Comuna 13 para conocer las historias de sus habitantes.

Existen varias empresas y grupos locales que organizan recorridos guiados por la 13. La mayor parte de los guías son jóvenes que han vivido en los barrios de la comuna y cuentan la historia de los últimos 20 años desde su experiencia personal. Nosotros hicimos la visita con Evelin (de Inside Medellin Tours) que a la explicación artística e histórica de la comuna, añade su discurso de amor y respeto. Para ella, como para mucha gente del barrio, lo más importante es que la historia no se vuelva a repetir, que la violencia y las confrontaciones de grupos armados no vuelva a la Comuna y que poco a poco esta magia de la transformación se vaya extendiendo por todas las calles de los barrios que conforman la comuna.

La historia de la Comuna 13 está marcada principalmente por dos hechos : la operación Mariscal y la operación Orión, dos operativos militares muy violentos que se llevaron a cabo durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Supuestamente estas confrontaciones eran entre grupos militares (y paramilitares) y milicias urbanas (y guerrillas), aunque las víctimas y los desaparecidos entre la población civil se cuentan por centenares. Los datos oficiales no corresponden con los de la población y los familiares de las víctimas que siguen a día de hoy reclamando justicia y exigiendo que se reanuden los trabajos en la Escombrera, la fosa común más grande de Colombia y (se piensa) de Lationamérica.

"La visita turística a la Comuna 13 no tiene como objetivo victimizar a sus habitantes", insiste Evelin. Lo que pretenden es poner estos barrios en el mapa de la ciudad, visibilizar su historia, fomentar su economía y sobretodo mostrar las historias de éxito, de lucha y transformación de sus habitantes. La población de la 13 resistió a años de violencia y ahora, poco a poco, va dejando atrás este pasado y poniendo luz en el camino. Las escaleras eléctricas han traído mucha prosperidad a los negocios de las familias que vivían cerca de ellas. Con el proyecto de las escaleras se crearon puestos de trabajo y llegaron los turistas. Y así estas calles van floreciendo, con el esfuerzo de su gente y el apoyo de muchos proyectos sociales (no gubernamentales).

Me alegro de haber conocido la historia de la 13 con Evelin, de haber podido ver un poco de luz en la oscuridad aunque me temo que el camino aún es muy largo. La Comuna 13 son muchos barrios, no solo las calles cercanas a las escaleras eléctricas y comunas como ésta hay muchas en Medellín y otras ciudades. Hay aún mucho camino que recorrer...

Galería: Grafitis y arte urbano Comuna 13

Parque Arví y metrocable

La ciudad de Medellín nos recordó un poco a La Paz (Bolivia) por todos los asentamientos informales de casas de ladrillo sin revestir escalando las laderas de la ciudad y los metrocables que dan acceso a los puntos más altos. Una experiencia que recomendamos en ambas ciudades es subirse al cable y ver la ciudad desde arriba. Uno se sorprende del cambio de perspectiva de la ciudad ya que desde las alturas accede a ver rincones escondidos, tejados con grafitis, terrazas llenas de gente y de vida y hogares humildes. Cuanto más altos estamos en las laderas, más humildes suelen ser las casas, aunque algunas tengan hasta terrenos cultivados. Y es que la mayor parte de los que pueblan estos predios son agricultores que fueron expulsados de sus tierras en la zona rural.

Para tener esta panorámica de la ciudad podemos subirnos a cualquiera de las líneas de cable, pero nosotros os recomendamos la línea K que sube de Acevedo a Santo Domingo y enlaza con el cable L hasta el parque Arví. Hasta Santo Domingo se puede ir observando como se alza la ciudad por la ladera y cómo las familias humildes han construido sus casas con lo poco que han conseguido: ladrillo, madera e incluso plásticos. Además, según se va ganando altura, va creciendo nuestro campo de visión hasta alcanzar una vista de casi toda la ciudad de Medellín. Luego, hacemos el transbordo al cable L (5550 pesos), cuyo recorrido es de casi 25 minutos, y pasamos por encima del bosque de niebla hasta llegar a la entrada el parque. Dejamos atrás la caótica y poblada ciudad y la sustituimos por un manto verde de especies autóctonas y foráneas que nos hablan también de la historia de estas tierras.

Vistas de la ciudad desde el teleférico

El Parque Regional Ecoturístico Arví tiene una extensión de 16000 hectáreas de las que se pueden visitar unas 1700. Es sin duda el pulmón de Medellín y una vez allí cuesta pensar que a tan solo unos kilómetros late una ciudad de 3 millones de habitantes contaminando sin parar. En el parque se respira aire puro, generado por miles de árboles y plantas que son refugio de cientos de especies animales.

Para disfrutar de toda esta variedad de fauna y flora los visitantes pueden hacer diferentes recorridos a pie (con un total de 54 km) con un guía oficial. Los más comunes son 8 y se pueden reservar el mismo día de la visita. Duran entre 2 y 4 horas y no sólo sirven para enseñar la riqueza del bosque de niebla, típico de estas altitudes de la cordillera, sino que con este proyecto se intenta concienciar y educar a los visitantes en la importancia de preservar nuestros ecosistemas. Existen también recorridos de larga distancia (reserva anticipada), de avistamiento de aves y en bicicleta. Merece la pena dedicar al menos medio día de nuestra visita a Medellín en conocer el parque Arví, respirar aire puro y conocer este proyecto de recuperación ambiental pionero en Colombia.

El parque Arví está abierto al público de martes a domingo, de 9h a 18h. La entrada es gratuita pero las visitas guiadas tienen un costo de 10000 pesos para nacionales y 25000 para extranjeros (30000 pesos para avistamiento de aves y recorrido en bicicleta).

Galería fotográfica: ruta por el parque Arví

Puede que la ciudad de Medellín no sea la más acogedora, al menos su centro histórico, que además de ser algo inseguro está lleno de gente y se hace difícil caminar. Sin embargo, sus habitantes hacen que la visita sea muy agradable. Los paisas siempre tienen una buena palabra para el visitante, una sonrisa y una mano extendida. Nosotros, además, tuvimos la suerte de ver la ciudad con las famosas luces navideñas (las de Medellín son las más conocidas del país) y disfrutamos del impresionante Desfile de Mitos y Leyendas. Vivir la ciudad por la noche también es emocionante. Un buen lugar para salir de noche es el barrio de El Poblado, lleno de restaurantes, puestos de comida y sobre todos bares y clubes para disfrutar bien de la noche paisa de Medellín. Es bueno tener cuantas más perspectivas posibles de cada lugar que visitamos, de día, de noche, desde arriba y desde lo más bajo.

Galería fotográfica nocturna

Nos fuimos de Medellín con buen sabor de boca y no sólo por los buñuelos, las arepas, la bandeja paisa y el sancocho. Nos fuimos de allí conociendo un poco mejor su historia, su realidad y a su gente, en parte gracias a los amigos del hostal Sagrado (que recomendamos y que tiene un jacuzzi jiji). Ellos nos hicieron sentir como en casa y nos ayudaron a entender mucho mejor la ciudad. Cada noche regresábamos al hotel a cenar, descansar e intercambiar impresiones con ellos, para entender su historia, para entender Medellín.

¡Gracias por todo y suerte en el camino!

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