Cuando planificábamos esta vuelta al mundo sabíamos que llegar desde Australia hasta América iba a suponer un gran "mordisco" en nuestro presupuesto de viaje. Está claro que en una aventura low-cost como la nuestra, cualquier gasto de este tipo debe ser analizado concienzudamente y en detalle.
Nos llevó varias semanas y algún que otro dolor de cabeza encontrar la forma de encajar este trayecto de manera que no repercutiese demasiado en nuestros bolsillos y por consiguiente en la duración final de esta vuelta al mundo. Tras estudiar alternativas y descartar varias opciones, por fin encontramos lo que pensábamos sería la manera más económica de hacerlo: volaríamos de Brisbane (Australia) hasta Los Ángeles (California, EEUU) via Honolulú (Hawai, EEUU) con la compañía aérea Hawaiian Airlines y, una vez en suelo americano, iríamos descendiendo hacia el sur, pasando por San Diego, camino de la frontera Mexicana de Tijuana, donde cruzaríamos una nueva frontera por tierra.
Decidimos hacerlo así porque, además de ser la forma más barata (encontramos un descuento de 100 euros por persona al comprar los billetes a través de la página web en lugar de la aplicación móvil), nos permitiría pasar unas horas en la capital de estas famosas islas del Pacífico.
Después de 10 meses de viaje en los que visitamos 15 países, llegó el momento de cruzar el (otro) charco camino de Latinoamérica. Aunque para hacerlo tuvimos que pasar cinco días en los Estados Unidos (que finalmente supondrían más gastos que un vuelo directo a México) podemos decir que llevamos una pizca de USA en nuestra mochila de recuerdos.
Welcome to Hawai
Stopover en Honolulu
Pese a que diez horas no son muchas, nosotros decidimos salir del aeropuerto hawaiano, y hacer una pequeña visita. La isla de Oahu, aunque no es tan espectacular como alguna de sus hermanas vecinas, también tiene algunos puntos destacables pero, en tan pocas horas y sin tiempo para explorarla a fondo, decidimos quedarnos en los alrededores de la capital: Honolulú. Sin duda, el destino más visitado de la isla es Pearl Harbor, y los sitios históricos que recuerdan este episodio bélico. Como sabréis, el ataque por parte de los japoneses de este enclave, supuso la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.
Fuente: www.recreation.gov
Nosotros preferimos dejar la guerra para otro momento y, empujados por mi pasión geológica, nos fuimos a explorar el cráter volcánico de Diamond Head, que se encuentra muy cerca de la famosa playa de Waikiki. Desde el aeropuerto hay varios autobuses que llegan hasta el final de esta playa y desde allí se puede hacer transbordo o, si como nosotros queréis ahorrar unos euros, también se puede caminar hasta la entrada del Monumento Estatal Diamond Head.
Pese a no ser un medio de transporte muy eficiente ni realmente barato (unos 2,5€ por trayecto), el trasporte urbano es el lugar perfecto para observar un sector de la sociedad americana del que no suele hablarse mucho, pero que está presente: los homeless (sin techo). Es normal encontrártelos en los autobuses, con todas sus pertenencias en una bolsa y la mirada perdida, como si tuviesen miedo a mirar o a ser vistos.
Bus 19 a Waikiki
Tras caminar unos 20 minutos llegamos al túnel de entrada del cráter volcánico. Ya en el interior encontramos una pequeña taquilla y tras pagar la entrada (1€) se tiene acceso a un sendero que, en poco más de un kilómetro de ascensión, nos llevará hasta la cima del cráter Lē‘ahi (nombre original en idioma hawaiano), desde donde se tienen unas vistas fantásticas de los alrededores. Debido a su ubicación estratégica, este promontorio volcánico fue usado por la armada de los Estados Unidos como parte de un sistema defensivo de artillería y algunas partes del mismo se atraviesan durante la caminata.
El cráter de Diamond Head
Vistas de Honolulu con la playa de Waikiki en primer plano
Antes de regresar al aeropuerto decidimos hacer una parada en la playa de Waikiki para darnos un chapuzón y, de paso, ver ese estilo de vida americano que adorna muchas playas estadounidenses, con gente haciendo deporte y luciendo cuerpo, y que contrasta con la imagen que nos llevamos de recuerdo de la gente que nos acompañaba en el bus de vuelta al aeropuerto. Fue en el aeropuerto, por cierto, donde perdí mi teléfono y con él, muchas de las fotos de las últimas semanas.
Según dicen el surf nació en Hawai
Gente haciendo deporte en Waikiki
Nuestra aventura en USA continuará...