Tras varios meses moviéndonos por el sudeste asiático llegamos a Myanmar emocionados, no sólo por descubrir un país casi desconocido, sino también porque sabíamos que una de las maneras más sencillas y económicas de viajar por el territorio birmano
era a través de su obsoleta red ferroviaria.
Como siempre, os dejamos este enlace a la completísima guía que seat61 tiene sobre los trenes birmanos en la que encontraréis toda lo necesario para viajar en estos ferrocarriles, con información detallada sobre los trenes, con horarios y precios actualizados. Por nuestra parte, al igual que lo hiciéramos con el transmongoliano y con los trenes chinos, os traemos otra breve guía para que os hagáis una idea de cómo son los trenes birmanos basándonos, también como siempre, en nuestra experiencia a bordo de los mismos. ¡Viajeros al tren!
Antes de subirse al tren: comprar los billetes Para comenzar, decir que la compañía de trenes birmanos no tiene página web, y por lo tanto no existe manera oficial de comprar ni reservar billetes online, aunque existen algunas agencias de viaje donde poder hacerlo, por supuesto previo pago. De todas formas, rara vez los trenes están llenos y comprar los billetes en las oficinas de venta de las estaciones es muy fácil y es una experiencia que hay que vivir. Sólo es posible comprar billetes en la estación de partida y en todas las estaciones se encuentran paneles de información en inglés con los horarios y, en algunos casos, los precios. Los billetes se pueden comprar casi siempre con un día de antelación en las grandes estaciones y el mismo día en estaciones más pequeñas. Esto se debe a que aún no existe un sistema computarizado de venta de billetes. Ya en la ventanilla puede darse el caso -más que probable- de que el trabajador de turno no hable inglés, pero no hay por qué preocuparse. En este caso seremos invitados a pasar dentro de la oficina y esperar hasta que alguien que hable inglés aparezca. Éste estará encantado de ayudarnos y practicar su inglés. Eso si, no hay que olvidar el pasaporte.
Antes de subirse al tren: los tipos de trenes Tenemos que aclarar que, aunque seguro y económico, viajar en tren por Myanmar no es lo más cómodo ni lo más rápido. Los trenes, antiguos y lentos, no sólo son ruidosos y polvorientos sino que, además, se mueven bastante debido a que el ancho de vía (que permanece desde la época colonial británica) no es el mismo que el de los ejes de los trenes (en muchos casos de origen chino). No obstante, la aventura que supone cruzar el país a bordo de ellos hace que cualquier incomodidad quede en un segundo plano, sobre todo para aquellos que, como nosotros, disfruten viajando en tren. En la mayoría de los trenes podemos encontrar tres categorías: clase superior (upper class), primera clase (first class) y general (ordinary class). Nosotros viajamos en las tres, que se diferencian principalmente en el tipo de asiento y, por supuesto, en el precio. En clase general, los asientos son bancos de madera no muy recomendables para viajes largos. Suelen estar llenos de gente local y cargados con todo tipo de mercancías por lo que, aunque son los más pintorescos, a veces no están muy limpios. En primera clase, los sillones tienen el respaldo acolchado o de madera y el asiento de plástico acolchado. Están bien dentro de lo que cabe y suelen estar aceptáblemente
limpios. Por último, en la clase superior los vagones están muy limpios y los sillones son mucho más cómodos y amplios, son reclinables (a veces no funcionan) e incluso se pueden orientar en el sentido de la marcha.
De arriba a abajo: general, primera y superior.
Además de estas tres clases, existen también trenes con coches-cama en aquellos que hacen los trayectos nocturnos entre las ciudades principales. Tenemos a su vez tres clases: superior (upper class sleeper), especial (special sleeper) y general (regular sleeper). La clase superior tiene la típica configuración de coches cama, con compartimentos privados de 2 y 4 camas con ventilador, un corredor a uno de los lados y un baño por vagón. Además las camas tienen sábana, manta y almohada. La clase especial, con un tipo de configuración que no habíamos visto hasta la fecha, se caracteriza por tener sillones reclinables que se convierten en cama (doble de ancho) y cada compartimento de 4 plazas tiene su propio baño privado. Este tipo de
compartimentos no están conectados con el resto del tren por lo que el acceso a otras partes del mismo es limitado. Por último, la clase estándar es similar a la superior en cuanto a configuración pero no cuentan con ventilador y no se proporcionan manta, ni almohada.
Camino de Bagán en special class
Una vez subidos al tren: el viaje en si mismo Como ya mencionamos anteriormente, los trenes birmanos son lentos y ruidosos, polvorientos, a veces incómodos y en muchos momentos iremos dando botes debido a la diferencia entre ancho de vía y vagones. Dormir en los trenes nocturnos es difícil si no se tiene el sueño fácil y, durante el día, el calor puede llegar a ser sofocante.
Ante este panorama, ¿qué nos puede empujar a utilizar este medio de transporte? En primer lugar, moverse en tren es muchísimo más barato que en cualquier otro medio. Suelen ser puntuales (o por lo menos los retrasos no son demasiados), casi siempre hay plazas disponibles (incluso en temporada alta o fiestas importantes) y, además, es el medio más utilizado por la gente local por lo que uno puede observar la realidad birmana desde otra perspectiva.
Asimismo, si se viaja de día, los paisajes de Myanmar no dejarán indiferente a nadie y atravesar el país de esta forma permite tener una visión distinta de las cosas. Imágenes inolvidables de niños nerviosos que corren a saludar cada día al gigante de hierro,
campesinos trabajando los campos de cultivo bajo el sol abrasador, estaciones llenas
de vida y color que son un regalo para las cámaras fotográficas...
Nos encanta viajar en tren
Una vez subidos al tren: nuestra experiencia
En las cuatro semanas que estuvimos viajando por Myanmar utilizamos este medio de transporte en cinco ocasiones, todas ellas distintas y singulares. Viajamos en varías clases, de día y de noche, solos y con amigos. A continuación os resumimos esa experiencia. Tren circular de Yangón: este tren urbano realiza un recorrido circular a través de los suburbios de la ciudad y centro. Es usado mayoritariamente por la gente local que se mueve a trabajar o a los mercados y permite al viajero ver una realidad distinta de la ciudad. En la actualidad hay algún tren nuevo con aire acondicionado pero recomendamos el viejo, que permite ir asomado a la ventana observando como va cambiando la ciudad. Hay muchas estaciones y el billete es muy barato por lo que es una buena manera de pasar un par de horas y moverse entre puntos lejanos.
Esperando nuestro primer tren en Myanmar
Tren nocturno desde Yangón hasta Bagán: en este trayecto de unas 18 horas, viajamos en el coche-cama especial (special sleeper). La cama inferior es muy amplia una vez reclinados los asientos así que los dos la pudimos utilizar. Ya durante el día, las imágenes de Birmania que pudimos observar quedarán grabadas para siempre en nuestra memoria: esos niños que nos decían sonrientes "adiós", los carros de bueyes atravesando los áridos campos de cultivos, las palmeras que nos acompañaron en gran parte del recorrido... La estación de Yangón está bien situada en el centro de la ciudad pero la de Bagán esta muy alejada, más alejada incluso que el aeropuerto por lo que desde allí solo se puede continuar en taxi privado (que siempre se puede compartir con otros viajeros).
Sonríe
Tren diurno desde el Lago Inle hasta Thazi: en esta ocasión viajamos en clase general (ordinary class), en un viaje de once horas que nos marcó sobre todo por la vida que encontramos en todas las estaciones de su recorrido. En cada parada cientos de vendedores ambulantes se mezclan con los viajeros locales cargados de mercancías. El paisaje montañoso que atravesamos es muy bonito y además, un tramo del recorrido tiene una configuración especial en zig-zag, de modo que el tren va hacia adelante y marcha atrás sucesivamente a medida que va salvando un gran desnivel. Es muy barato aunque tarda el doble que los autobuses.
Así de animadas están las estaciones
Tren diurno desde Pyin Oo Lwin hasta Hsipaw: desde la bonita ciudad colonial, nos subimos en la upper class del tren procedente de Mandalay dirección a Hsipaw, uno de los mejores destinos para hacer trekking en el país birmano. Lo mejor de este recorrido es que atravesamos el viaducto de Gokteik. Esta pintoresca estructura férrea
-construida en 1901 y renovada en 1990- con una longitud de 700 metros, salva el desnivel de un profundo valle alcanzando una altura máxima sobre el mismo de 100 metros.
¿Vértigo?
Tren nocturno desde Mandalay hasta Mawlamyine via Bago: sin duda el trayecto más duro que hayamos realizado dentro de Myanmar, no solo por la duración (unas 22 horas) sino también porque no pudimos encontrar plazas libres en los coches cama (el país celebraba el año nuevo budista y el resto de medios de transporte no funcionaban) por lo que tuvimos que conformarnos con la básica first class durante todo el trayecto. Sea como sea, recordaremos este trayecto por los buenos momentos vividos con nuestros amigos franceses Matt y Alex.
¡Hasta pronto uVe Viajeros!