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  • Carmen con uVe

Nuestra ruta por tierras birmanas. Parte tercera: de Hsipaw a Hpa An


En nuestra primera visita a Myanmar hicimos un bonito recorrido por los principales destinos turísticos, las grandes ciudades y algunas zonas rurales de montaña. Fue un viaje lleno de buenas vibraciones y energía positiva que desde Con uVe de Viaje os queremos transmitir a través de una pequeña guía de ruta que sigue nuestros pasos por el país. En ella, os hablamos de nuestras impresiones y experiencias e incluimos algunos datos útiles sobre los lugares que visitamos. Esta serie de post no pretende servir de “guía de viaje” sino de inspiración para quien quiera adentrarse en el corazón dorado de Asia.

En las entradas anteriores os hablábamos nuestro recorrido desde que entramos en Myanmar por la frontera tailandesa hasta nuestra experiencia haciendo trekking en las montañas de Hsipaw. Pero la aventura no se terminaba ahí. En este último post os relatamos el final de nuestro viaje por tierras birmanas desde Mandalay, donde celebraríamos el Festival del Agua, hasta nuestro paso por Mawlamyaing y por Hpa An.

Mandalay

Junto con nuestros amigos franceses Alex, Lily y Matt dejamos Hsipaw en el bus más precario en el que hayamos viajado jamás. Toda una aventura. Llegamos a Mandalay y el sol apretaba anunciando las altas temperaturas que sufriríamos durante nuestra semana allí. Afortunadamente, en estas fechas los birmanos celebran el Festival del Agua para festejar la entrada al nuevo año budista. Es la fiesta más importante del país y todo el mundo sale a participar en las batallas de agua. Así que pudimos sobrevivir a las altas temperaturas de la región empapados en agua.

Mandalay es una de las ciudades más importantes del país y es considerada su capital cultural. El carácter de sus habitantes es animado, sobre todo en esta época del año. Los principales atractivos turísticos son el Palacio Real, la pagoda Kuthtodaw y el monasterio Shew Nam Daw entre otros.

No obstante, son los alrededores de la ciudad los que merecen realmente la pena. Alquilamos unas motos y salimos a descubrir la belleza de Amarapura y Mingún. Amarapura fue una antigua capital del país (1782-1868) hasta que el Rey Mingon la transladó a Mandalay. Allí se pueden visitar distintos templos y monasterios así como el Puente U-Bein que se llena de gente al atarceder.

Puede que nuestro lugar preferido fuese Mingún, que se encuentra al otro lado del río Ayeyarwady y al que se puede llegar por carretera o en barco. Allí se puede visitar la Pagoda Phtodawgyi desde cuya cima se tiene una vista espectacular de ambas orillas del río. También visitamos la campana de 90 toneladas realizada por el Rey Bodawpaya y la pagoda construida en memoria de la princesa Hsinbyume.

INFO ÚTIL

La gente de Mandalay es maravillosa y siempre está dispuesta a hablar e interactuar con los visitantes que vienen a descubrir su ciudad. Por ello, la información más útil os la proporcionarán los propios habitantes. Si decidís visitar Myanmar durante el Festival del agua (lo que es más que recomendable) intentad contactar con algún local que os invite a pasar con ellos un día, para poder subir en alguno de los camiones o lanzar agua desde alguno de los miles de puntos de batalla de la ciudad.

Y no podemos terminar esta sección sin hablaros de los Moustache Brothers, un trío de cómicos muy conocido en el país no sólo por su trabajo sino también por su resistencia al régimen. Durante los años 90 dos de los integrantes del grupo fueron detenidos y condenados a trabajos forzados. En la actualidad los dos hermanos que siguen vivos continúan junto con su grupo de teatro presentando cada día un espectáculo en el garaje de su domicilio particular. Desgraciadamente, viven sabiendo que están vigilados y en la actualidad el show se hace solamente en inglés (destinado principalmente a turistas, lo que parece molestar menos a los militares). Es una buena forma de aprender sobre el régimen militar, su represión así como sobre la cultura birmana. El espectáculo incluye también danza y varios de los personajes del teatro tradicional birmano. Fue sin duda el mejor broche final para nuestra semana en Mandalay.

Mawlamyaing e isla de Bilugyun (isla del ogro)

El festival del agua había terminado y teníamos ganas de seguir descubriendo este maravilloso país, así que nos dirigimos junto a Matt y Alex hacia Mawlamyaing. Del caluroso y largo viaje en dos trenes poco podemos (o queremos) contar… Llegamos a destino de madrugada y aterrizamos en un hostal poco recomendable pero uno de los más baratitos de la ciudad. A la mañana siguiente descubriríamos que lo agradable del lugar era uno de sus trabajadores que decía llamarse Francisco. Nos convenció para ir con él y otros viajeros a una excursión a la isla de Bilugyun. Junto con un grupo de viajeros franceses, Francisco y su mujer china visitaríamos esta bonita isla que guardaba una sorpresa para nosotros: ¡el festival del agua! Y es que aterrizamos en el único lugar del país donde esta festividad duraba un día más. Los atascos creados por los camiones llenos de gente impidió que pudiésemos visitar todos los lugares previstos en la ruta. Sin embargo, no impidió que disfrutáramos de la sonrisa y la amabilidad de la gente, que pudiésemos degustar las delicias birmanas junto a dos familias locales o que visitásemos los talleres de artesanía. Es un lugar bonito pero no recomendamos pasar mucho más de dos días.

Hpa An y el viaje en barco desde Mawlamyaing

Una de las razones principales por las que visitamos Mawlamyaing era que supone el punto de partida del viaje en barco hasta Hpa An, recomendado en muchos blogs y guías de viaje. Birmania es un país increíble y hay que verlo desde todas las perspectivas posibles. Admirar la vida en las orillas de los ríos es una de las imágenes que se me han quedado grabadas para siempre.

Hpa An era nuestra última parada en el país antes de volver a Tailandia por última vez en nuestra ruta por es sudeste asiático. Es un lugar conocido por su naturaleza. Sus paisajes kársticos esconden pequeñas maravillas naturales (cuevas, rutas, senderos…) y están plagados (como siempre en el país) de templos y pagodas que merece la pena visitar.

Desafortunadamente, un golpe de calor me impidió hacer ninguna de esas excursiones ya que me pasé dos días encerrada en el hotel antes de nuestro viaje de vuelta a Tailandia. Como se suele decir “no hay mal que por bien no venga” así que este pequeño incidente nos dejaba con ganas de volver al país dorado de Asia. Aún nos quedan muchas cosas por descubrir.

Poníamos fin a nuestro viaje por Myanmar cruzando de vuelta el Puente de la Amistad que hace de frontera entre Myawaddy (Myanmar) y Mae Sot (Tailandia). El mismo puente por el que entrábamos al país semanas antes con los nervios de descubrir un lugar del que sabíamos muy poco. Un país que nos marcó y de cuyos habitantes nos enamoramos. Y es que es imposible hablar de Myanmar sin mencionar a los birmanos, la verdadera joya del país. Nosotros nos despedimos de Myanmar con la nostalgia de quienes sospechan que no se volverán a ver. Sabemos que volveremos, pero tememos que si tardamos mucho en hacerlo Birmania cambie demasiado, igual que lo ha hecho todos sus vecinos, y nunca vuelva a ser el corazón sonriente y dorado de Asia.

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