Después de casi seis meses viajando y unas cuantas fronteras terrestres ya en nuestras espaldas, llegamos a un nuevo cruce fronterizo al que le teníamos muchas ganas. No sólo porque se trata de un itinerario del que aún no existe mucha información (y la que encontramos en Internet está obsoleta) sino también por que nos daba paso a descubrir un país casi desconocido como es Myanmar.
La situación geopolítica de la antigua Birmania es un poco más complicada que la de sus países vecinos, y esto ha repercutido en que el país se haya abierto a los turistas hace relativamente poco. Como ejemplo claro, no ha sido hasta este mismo 2016 cuando se han celebrado, aparentemente, las primeras elecciones con garantías democráticas, pero ya hablaremos de política en otro momento. Este aislamiento forzoso, también es el responsable que muchas costumbres y tradiciones hayan permanecido intactas y el país no haya sido "contaminado" por la cultura occidental, tan presente en otros lugares del sudeste asiático.
El cruce fronterizo que os mostramos en este episodio de Cruzando Fronteras es, a fecha de hoy, el único que desde Tailandia permite continuar libremente por vía terrestre hacía al interior del país. Existen otros, pero una vez en suelo birmano hay que continuar por vía aérea o los trámites administrativos que hay que realizar para poder acceder a los territorios más allá de la frontera (costosos y que requieren semanas de planificación) los hacen de momento poco apetecibles.
¡Nueva frontera, allá vamos!
Cruzando la frontera de Tailandia a Myanmar: paso fronterizo Mae Sot - Myawaddy
Llegamos hasta Mae Sot (ciudad fronteriza en Tailandia) desde Pai, via Chiang Mai y lo hicimos justo antes de que nuestro visado tailandés de quince días expirase. Recordad que si entráis en Tailandia por tierra, el visado gratuito es de únicamente 15 días en lugar de los 30 que se conceden al entrar en avión. Como llegamos por la tarde y no sabíamos muy bien que nos encontraríamos en el otro lado de la frontera decidimos buscar un hotel en el centro de la ciudad para pasar la noche y ya con la luz del día, buscar la mejor opción para continuar. Desde la estación de autobuses tomamos un tuk-tuk (100 bahts) hasta el hotel DK, muy bien situado en el centro y bastante bien de precio.
Mucha de la información que se encuentra en Internet -prácticamente toda- habla de que la carretera que continúa desde Myawaddy (ciudad fronteriza en Myanmar) hacia el interior del país sólo circulaba en un sentido un día y en el otro el siguiente. Esto se debe a que se atraviesa un paso montañoso y la carretera no es lo suficientemente ancha para garantizar la circulación en ambos sentidos. Desde junio de 2015 se ha inaugurado un tramo de carretera que evita ese paso montañoso y además reduce en al menos un par de horas el trayecto hacia cualquier destino birmano, y por lo tanto la información sobre la carretera en un único sentido no es correcta en la actualidad.
Compartir tuk-tuks es una buena manera de ahorrar
A la mañana siguiente nosotros compartimos tuk-tuk con una pareja japonesa y pagamos 150 bahts por cubrir los seis kilómetros que separan el centro de Mae Sot de la frontera. Tras el protocolario sello de salida de Tailandia hay que cruzar un puente llamado de la Amistad (igual que el que atravesamos desde Laos hacia Tailandia en otro de los episodios de "Cruzando Fronteras"). Son unos 500 metros por tierra de nadie y a medida que nos vamos acercando al suelo birmano volvemos a sentir ese cosquilleo de las fronteras mientras se apodera de nosotros la sensación de que entramos en un mundo distinto. Nos preguntamos como es posible de que una línea imaginaria haga que dos países sean tan distintos y además, de una manera tan brusca. Dejamos atrás la "zona de confort" tailandesa y ante nosotros se abre algo desconocido, un nuevo país al que llegamos con ansias de exploradores.
Hasta pronto Tailandia
Bienvenidos a Myanmar
Como llegamos con nuestro visado (lo habíamos conseguido en la embajada birmana en Laos) en el puesto fronterizo birmano sólo tuvimos que cumplimentar el formulario de entrada, hacer una foto de rigor y ya estábamos listos para lanzarnos al alboroto de las calles de Myawaddy, entre cláxones y montones de gente. Los que queráis entrar en el país de esta manera debéis recordar que el visado electrónico (e-visa) sólo sirve si se entra en el país a través de alguno de sus aeropuertos internacionales. Por vía terrestre es obligatorio tener la visa en vuestro pasaporte y esto sólo se puede hacer presencialmente en las embajadas de Myanmar.
Tras atrasar nuestro reloj media hora respecto a la hora tailandesa (GMT +6:30), ahora tocaba averiguar como continuaríamos hacia el interior del país. También en Internet habíamos leído que sólo hay un autobús de línea regular que sale a las 9:30 de la mañana de una supuesta estación que encontraríamos a un kilómetro de la frontera siguiendo la calle principal. De nuevo esa información es incorrecta, tal como nos explicó Mr. Beauty nada más cruzar la frontera.
Este entrañable y dicharachero señor nos informó que el único autobús de linea regular sale a las 9:00 de la mañana desde una calle cercana y amablemente se ofreció a acompañarnos ya que él trabajaba para esta empresa de transportes de pasajeros. Hasta allí le acompañamos, dejando atrás a los conductores de minivan y taxis privados que ofrecen sus servicios, imaginamos que más caros. Con nuestro radar anti-timos funcionando a pleno rendimiento le seguimos, esperando que fuese cierta su insistencia en que no compráramos el billete directamente en las oficinas gubernamentales del puesto fronterizo, mucho más caro. Como nos había dicho, encontramos el autobús en una calle secundaria no muy lejos de la frontera y compramos allí mismo los billetes a Yangón por los que pagamos 10000 Kyats (1100 kyats = 1€). Mientras esperábamos conocimos a un par de viajeros y las advertencias de Mr. Beauty eran ciertas, ellos habían comprado los billetes en la frontera a precio bastante más elevado.
Mr. Beauty, con sombrero haciendo de guía improvisado
Yangón nos espera
El viaje, en autobús con aire acondicionado, duró unas 13 horas y durante las mismas no hubo tiempo al descanso. Comenzamos con varias horas de karaoke birmano seguido de otras tantas de telenovela en la ruidosa televisión del autocar. Durante el trayecto hicimos además un par de paradas a comer y varios altos para recoger y dejar gente en las ciudades principales del camino.
ACTUALIZACIÓN:
Cruzando la frontera de Myanmar a Tailandia: Paso fronterizo Myawaddy - Mae Sot
Casi un mes después volvíamos a cruzar este paso fronterizo pero esta vez en la dirección inversa. Para llegar hasta Myawaddy viajamos en un coche compartido desde Hpa-an por el que pagamos 8000 kyats por cabeza. El trayecto duró unas 6 horas y por "suerte" solo éramos 7 en el coche y por lo tanto no íbamos muy apretados, sobre todo si comparamos con muchos de los coches que realizan esta ruta, en los que llegamos a contar hasta 12 pasajeros.
En la frontera, tras cambiar a bahts los pocos kyats que nos quedaban, simplemente hicimos el recorrido a la inversa. Primero con el sello de salida birmano, cruzamos de nuevo el puente, llegamos a la frontera tailandesa y nuevo sello que nos permite estar otros 15 días en el Reino de Tailandia. Como dato curioso y sobre todo útil, cuando veáis colas enormes de birmanos y/o tailandeses en las ventanillas de ambos puestos fronterizo pasad de largo y dirigíos hacia la ventanilla exclusiva para foreigners que encontraréis un poco más alejada. Ahorrareis un buen rato de espera.
Desde allí continuamos hasta la estación de autobuses en transporte local (20 bahts) y un par de horas después ya estábamos en un nuevo autobús camino de Sukhothai, donde continuaría nuestra tercera visita a Tailandia.
Adiós Myanmar, nos volveremos a ver.
Un nuevo paso fronterizo terrestre, y además por partida doble, que añadimos a nuestra particular lista de hitos viajeros. Un nuevo paso fronterizo y por suerte seguimos sin encontrar dificultades y siempre muy buenas experiencias. Nosotros seguiremos cruzando fronteras, ¿y tú a qué esperas?