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Carmen con uVe

Dos falang en Laos: vacaciones en Don Det


Laos es el único país del sudeste asiático que no tiene salida directa al mar. Sin embargo, eso no significa que no se pueda disfrutar de una tarde tirado en una hamaca al sol o de un buen baño. El país está lleno de ríos, cataratas y lugares donde nadar. Nuestra siguiente aventura nos llevaría a Don Det, una isla situada en medio del río Mekong, al sur del país, cerca de la frontera con Camboya. Esta zona se conoce como Si Phan Don que significa “las 4000 islas”. Sólo un puñado de ellas están habitadas y las más conocidas son Don Khong, Don Khon y Don Det.

La tranquilidad del Mekong a su paso por Don Det

Llegamos a Ban Nakasang en un bus turístico lleno de occidentales que, como siempre, se sorprenden (e incluso alguno se indigna) por la particular desorganización y pachorra que caracteriza a los laosianos. Desde allí hay que coger un barquito para llegar a las islas. El paseo, que dura una media hora, es muy bonito: el Mekong baja tranquilo, a ritmo isleño, entre islotes, búfalos y alguna que otra barca de pescadores.

El muelle llenos de mochileros ansiosos por llegar a las islas

En Laos los niños son independientes desde muy pequeños. Es impresionante verles con apenas 6 años conducir barcas, cazar o pescar.

La isla de Don Det se divide en dos zonas: Sunrise (del amanecer) y Sunset (del atardecer). Hay alojamientos y restaurantes a ambos lados de la isla. Como somos muy de atardeceres, nosotros decidimos ir a buscar alojamiento a la parte oeste de la isla, aún sabiendo que pasaríamos algo más de calor. Dejamos atrás los primeros bungalows (ya que no queríamos estar muy cerca de la zona donde desembarcan los barcos) y entramos a preguntar el precio en los Sunset Bungalows (no se rompieron la cabeza en escoger el nombre). Como si hubiésemos sido infectados por el “virus” de la isla que hace que todo vaya a un ritmo lentísimo y sin mucho esfuerzo, decidimos no mirar más alojamientos y quedarnos allí. Por 80 000 kip teníamos un bungalow con baño privado, agua caliente y ¡dos hamacas!, una para cada uno.

Los Sunset Bungalows, con una de las mejores vistas de la isla

A los diez minutos aparecieron David y Manu, una pareja de alemanes con la que habíamos coincidido en Pakse y que también decidieron dejar aquí sus maletas. Al poco, del bungalow de al lado salió Fou, un tío muy majo con una historia muy particular. De madre checa y padre de Mali, Fou vivió en tres continentes diferentes antes de cumplir los 13 años para asentarse luego en Vancouver, donde vive actualmente. En este momento se encuentra viajando una chica vietnamita (cuyo nombre no recuerdo ya) de la que se ha enamorado hace apenas un par de meses. Los seis nos entendimos muy bien y pasaríamos juntos los próximos días, la mayor parte del tiempo cada uno en su respectiva hamaca.

Fuente: Dave Mendzigall by Virtualizer

En Don Det se pueden hacer muchas cosas aunque la mayer parte de la gente viene aquí a relajarse, a disfrutar de los amaneceres, de los atardeceres, del río Mekong y de la comida laosiana. Existen un par de actividades que son atractivas para el visitante: el tubing y el kayaking.

El tubing consiste en bañarse en el río motado en la cámara de un neumático y dejarse llevar por la corriente. Existen incluso tours que recorren una parte de la isla en este flotador. Como la corriente es muy suave en esta parte del Mekong es una actividad muy tranquila durante la cual se puede hasta echar la siesta o tomar una cervecita al sol.

El tour en kayak es una actividad algo más animada y la única excusa real para levantarse de la hamaca. Nosotros lo hicimos después de tres días en la isla y, aunque algo decepcionados con la empresa que escogimos ya que los guías no hablaban ni papa de inglés (como nos habían prometido), la excursión mereció la pena. Uno de los reclamos para vender esta excursión es ver los delfines de río. En esta zona sólo quedan 25 ejemplares de delfín Irrawaddy y se encuentran en aguas camboyanas. Nosotros, por desgracia, no los pudimos ver. Sin embargo, el recorrido es muy agradable y la última parada se hace en Khone Phapheng, las cataratas más grandes del sudeste asiático en extensión. Después, nos llevan en autobús hasta Ban Nakasang donde cogemos los kayak y remamos de vuelta a Don Det disfrutando del atardecer.

Fuente: Dave Mendzigall by Virtualizer

Fuente: Dave Mendzigall by Virtualizer

Las cataratas de Khone Phapheng

Además, cada cuatro pasos hay un puesto para alquilar bicis. Básicamente cualquier guesthouse o tiendita te puede alquilar una por 10 000 kips al día. Es la mejor forma para recorrer la isla sin morir de deshidratación en el camino. En menos de una hora se puede dar la vuelta a la isla y es una buena forma de desplazarse cuando uno quiere ir a comer al otro extremo. Se puede también pasar a Don Khon por un puente que se encuentra al sur de Don Det. Y el que no quiera ni kayak, ni bici, ni tubing, siempre puede alquilar un barco y hacer un tour por entre las islas del Mekong.

El nuevo ecosistema de las 4000 islas: niños, falang y pescadores.

El niño que cada tarde venía a cazar pájaros al islote frente a nuestros bungalows

En Internet se puede leer que Don Det es "a party place”, o sea, un lugar para ir de fiesta. Yo no sé si nos confundimos de isla o los españoles tenemos un concepto muy distinto de la fiesta al resto del mundo. La isla es super tranquila y, como en el resto del país, de acuerdo con la ley todos los establecimientos deben estar cerrados a las 23:30. Hay un par de locales que tienen música pero en general en la isla hay restaurantes. A decir verdad, para nosotros esto fue un alivio ya que íbamos a descansar, pero como entre medias iba a ser mi cumpleaños también nos apetecía celebrarlo. Cosas de la vida, mi trigésimo cumpleaños caía en luna llena y como no podía ser de otra manera había organizada una full moon party en el local llamado The Last Resort. Una fiesta en un rincón apartado de la isla cuya barra y DJ estaban montados en un árbol entre lucecillas, una hoguera y mucha gente. Brindamos con un par de copas de Lao-Lao, un destilado hecho de arroz, y celebramos con nuestros vecinos de bungalow que me hacía un año más vieja.

Fuente: Dave Mendzigall by Virtualizer

No podemos terminar el post de Don Det sin hablar de alguno de los bares de la calle principal, como el Adam’s, que proyectan pelis y series continuamente en la televisión. En las horas de calor, una de las actividades más acertadas es ir a echarse a los cojines y ver junto a otros viajeros capítulos de Friends o de Padre de Familia. Unas risas compartidas mientras tomamos un Coffee Shake, un Banana Shake o incluso un Happy Shake. En estos bares también sirven comida y el Adam’s pone además una PlayStation y una Xbox a disposición de los clientes. Vamos, el lugar ideal para una tarde de resaca.

Nosotros pasamos en Don Det cinco días y además de disfrutar de buena comida y buena compañía aprovechamos para descansar. Unas vacaciones dentro del viaje. Con las pilas cargadas de nuevo dejamos las 4000 islas rumbo al norte, a descubrir la otra Laos.

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DATOS ÚTILES

Cómo llegar: la única forma de llegar a Dondet es en barco desde Ban Nakasang. El ticket se puede comprar en el muelle aunque la mayor parte de los turistas vienen con un billete conjunto que incluye el bus hasta Ban Nakasang y el barco hasta la isla. Normalmente la gente llega hasta aquí desde Camboya o desde Paksé.

Dónde dormir: como mencionamos al principio de este post, hay alojamientos (principalemente bungalows y guesthouses) a ambos lados de la isla. De la parte del amanecer nosotros nos quedamos con Mamma Leuah (aunque no nos alojamos allí) mientras que en la pare del atarceder os recomendamos los Sunset Bungalows. Al final de la isla se encuentran los teepees de The Last Resort, que pueden ser una alternativa divertida.

Dónde comer: existen muchas opciones distintas y en casi todos los restaurantes podemos encontrar comida de Laos así cómo comida occidental, pizzas, hamburguesas y hasta una poutine típica de Quebec. Nosotros somos más de probar las especialidades del país. La comida que preparan en el Crazy Guecko es espectacular. Nuestro lugar favorito sin lugar a dudas. No os perdáis el curry de calabaza o la hamburguesa vegetariana.

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