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  • Foto del escritorEfrén Con uVe de Viaje

Ruta por Vietnam: año nuevo en Dalat


Atrás queda el ruido y la locura de la caótica ciudad de Ho Chi Minh cuando partimos, en bus nocturno, hacia nuestro siguiente destino de nuestra ruta por Vietnam. Lo hacíamos los días previos al año nuevo, bastante condicionados porque no encontrábamos ninguna posibilidad interesante para continuar más al norte, lo que era nuestra intención inicial.

Los buses estaban llenos, los trenes también y los vuelos eran ridículamente caros. Con este panorama y un poco convencidos por un artículo de Internet donde se opinaba que Dalat era uno de los destinos estrella para pasar el nuevo año lunar en Vietnam, nos subimos a un autobús nocturno camino de esta ciudad colonial situada en las montañas interiores del país.

Ruta por Dalat

Contra todo pronóstico, el autobús que nos había de dejar en unas ocho horas en Dalat tardó solo cinco, por lo que alrededor de las 5 de la mañana llegamos a una gélida ciudad que comenzaba a despertarse. Por suerte la compañía de autobuses Futa organiza los traslados desde la estación hasta la ciudad, así que, aún a horas intempestivas, llegábamos al albergue Backpackers Paradise, donde nos resguardaríamos por fin del un frío al que en los últimos meses no estábamos acostumbrados. Llegábamos para dos días, concretamente año nuevo y su víspera.

Tras descansar un poco, el primer día alquilamos una moto y nos alejamos de Dalat en busca de la famosa cascada del Elefante, a unos 30 km. El recorrido hasta allí es bastante bonito. A medida que nos alejamos de la ciudad la carretera va subiendo y a medida que lo hace, el bosque tropical que nos acompaña estas últimas semanas cambia. En cierto modo nos recuerda un poco a los que tenemos por latitudes mucho más familiares. Desde aquí hay una bajada vertiginosa hasta meternos de lleno en los campos de cultivo de café. Nosotros hicimos una parada a tomar el famoso café que se hace con los granos que ingieren comadreja, famoso en occidente y según dicen el más caro del mundo. Nosotros pagamos la taza a tres euros, aunque según tenemos entendido en un bar hypster de London puedes pagar hasta 100€, que por un café hecho con "caquitas" de animal, igual es un poco mucho...

De ahí se "extraen" los granos de café

Finalmente se llega a un colorido mercado local y a los pocos metros ya se encuentra el desvío hacia la cascada. Tras pagar la entrada (20 000 VND) se sigue un camino de escaleras en buenas condiciones para llegar hasta su base. También hay algún desvío que permite una buena panorámica de la cascada y el valle (incluso hay un sendero escondido por el que se puede llegar hasta el mismo pie del agua). Las vistas son especialmente bonitas, sobretodo por el verde que cubre todo.

¡Con uVe de Vida!

Ya de vuelta en Dalat nos cuesta un buen rato encontrar un lugar abierto donde comer por sus casi desiertas calles. Recordad que durante Tet muchos negocios cierran por una semana o más y mucha gente vuelve a sus pueblos de origen para pasar estas fiestas en familia. La siguiente parada de nuestra ruta es la Pagoda de Tríc Lâm, otro recinto lleno de templos y donde se puede pasear y disfrutar de la tranquilidad de sus jardines. Justo al lado hay un lago a donde mucha gente local viene a pasar los días estivales en busca de temperaturas más frescas.

No muy lejos de allí está el valle de Thàc Datanla donde varias empresas organizan actividades de aventura como tirolinas, descenso de cañones, toboganes... nosotros dejamos estopara otra ocasión y continuamos unos kilómetros hasta la Pagoda de Linh Phuoc, siendo ésta, quizás, el conjunto de templos que más nos haya sorprendido desde que estamos de viaje.

Tras regresar a Dalat pasando por una zona donde cientos de invernaderos definen el paisaje paramos en la estación de trenes más antigua del país. En la actualidad solo existe un pequeño tren turístico que une Dalat con la pequeña población en la que se encuentra la Pagoda de Linh Phuoc y cuyo recorrido se hace a bordo de un bonito tren antiguo. Por último y ya con el frio apretando damos una vuelta en moto alrededor del lago de Zuân Huong para ver que hay en sus orillas pensando en el día siguiente.

Lo invernaderos de Dalat, la ciudad de las flores

Esta pequeña linea ferrea se mantiene abierta solo por motivos turísticos

¡Pura Vida!

Ya de noche y tras encontrar un lugar abierto muy cerca del hostel para cenar, nos vamos con un grupo de viajeros, entre ellos Cayetan con el que ya coincidimos en Kampot y HCMC, a ver la celebración de medianoche. En el lago había un espectáculo de fuegos artificiales para dar la bienvenida al nuevo año, aunque tenemos que adminitir que no fue nada espectacular. Eso sí, acabábamosmos de entrar en el año nuevo lunar y en el año del mono. Nuestro segundo año nuevo en menos de dos meses.

Al día siguiente decidimos levantarnos sin prisa e ir a comer cerca del lago para posteriormente visitar el Jardín de Flores, algo muy típico en todo Vietnam por estas fechas y especialmente aquí, ya que en esta zona (y en el delta del Mekong) se cultivan muchas de las flores que se distribuyen a todo el país. Además aquí también hay unas fiestas en diciembre donde las flores son el mayor protagonista. Caminando alrededor del bonito lago encontramos una feria local y decidimos visitarla. Prácticamente eramos los únicos occidentales entre barracas de feria, familias con niños y adolescentes intentando impresionar a sus novias con sus habilidades de Punteria.

Para el final del día dejamos uno de los platos fuertes de Dalat, la Casa Loca. Esta estrambótica construcción recuerda en parte a la obra del genial arquitecto Gaudí y también al diseño que una niña haría de su casa favorita, en un mundo de fantasía. En la actualidad se pueden visitar las instalaciones (20 000 VND) que son también un hotel. El único lugar que permanece secreto es el interior de la casa de la arquitecta que diseño la Crazy House. Está en el centro de todo y parece una casita de cuento y es donde ella y su familia viven habitualmente. Sin duda recomendable 100% sobre todo por la originalidad.

La Casa Loca aún se comenzó a construir hace 25 años y aún sigue

Dejamos esta ciudad, que poco nos recuerda al resto de Vietnam que conocemos, y lo hacíamos un poco con sabor agridulce. No acabábamos de sentirnos cómodos en este país y queremos pensar que eso se debe a las fechas en las que estábamos. El año del mono había comenzado y nosotros continuamos hacia el norte siguiendo el camino que las únicas plazas libres que encontrábamos nos marcaban. Primero hacia Nha Trang en autobús y ese mismo día en tren nocturno hacia Danang. Pero esa parte de la historia os la contaremos en el siguiente capítulo.

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