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  • Efren con uVe

Diario de Rusia: Moscú


Dejamos San Petersburgo y comenzamos nuestra ruta transmongoliana en la que atravesaremos gran parte Rusia, cruzaremos Mongolia y llegaremos hasta Beijing, capital del gigante asiático. Como sobre el Transmongoliano ya hablaremos en detalle, en esta serie de entradas solo os contaremos nuestras experiencias en “tierra firme” dejando las aventuras y vivencias a bordo de los trenes para futuras entregas.

Llegamos muy temprano a Moscú, y como siempre buscamos un alojamiento lo más cercano posible a las estaciones de tren, para no tener que tirar mucho rato por las mochilas. En esta ocasión nos decantamos por Galina’s flat, donde la dueña del apartamento y sus gatos nos recibieron con los brazos abiertos. Se trata de un piso diminuto en el que han habilitado un habitación como albergue, no espereis comodidades aunque para pasar la noche, a nosotros nos valió perfectamente.

Tras liberarnos del equipaje salimos disparados con la fiebre exploradora en busca de nuevas emociones. Lo primero claro está es la Plaza Roja, que por ser aún temprano, está prácticamente vacía, con la fotogénicas Catedral de San Basilio a un lado y el rojo Museo Estatal de Historia y la singular Catedral de Kazán al otro flanqueando

la plaza, también visitamos el mausoleo-tumba de Lenin y dejamos el Kremlin que también se encuentra allí mismo para el día siguiente, y como comienza a nevar decidimos resguardarnos en las vecinas galerías GUM, otro de los lugares que no se pueden perder cuando se está en Moscú.

Una vez que amaina paseamos alrededor del Kremlin y dejando atrás la llama del Monumento al Soldado Desconocido visitamos la cercana Catedral del Cristo Salvador donde descubrimos que los ortodoxos se santiguan un poco distinto a los católicos, que no existen bancos donde sentarse en las iglesias, y que no hay estatuas como en las iglesias católicas sino frescos ¡cuántas como descubriremos en este viaje!

Ya para acabar el día y casi por error llegamos en metro al Parque Gorky a la orilla del río y paseando llegamos a un bonito mirador desde donde se puede contemplar toda la ciudad, allí mismo, a nuestras espaldas se encuentra el colosal edificio de la universidad, una de las Siete Hermanas de Stalin.

La mayor parte del segundo día la pasamos en el Kremlin. Nosotros compramos la entrada online (aquí) para evitarnos las colas aunque en esta época del año no hay muchos turistas. De todas formas hay que recogerlas en las oficinas de venta de tickets que estan en la parte posterior del Kremlin. La entrada se divide según lo que se quiera visitar dentro del Kremlin. Las opciones son el Museo de La Armeria (700RUB) el complejo arquitectónico de la Plaza de las Catedrales (500RUB) y el Campanario de Iván el Grande (250RUB). Como ya teniamos la vista desde arriba desde la universidad nosotros decidimos saltarnos esta última y más o menos estuvimos allí unas cuatro horas.

En el Museo de la Armería se encuentra una colección de piezas únicas de todo típo que nos dejan boquiabiertos, especialmente las filigraganas de oro. La ostentosidad y el detalle con el que los maestros orfebres trataban los metales es fascinante y solo por eso merece la pena la visita. También hay una enorme colección de armas y armaduras, de ropas de época que pertenecieron a gentes de palacio y a figuras poderosas del clero, y como colofón una exposición de carruajes única en el mundo.

A continuación la Plaza de las Catedrales que en pocos metros alberga la Catedral de la Asunción (donde los zares eran coronados), La Catedral del Arcángel (donde estos eran enterrados), la de La Asunción (la iglesia de los grandes Príncipes de Moscu) y la Torre de Ivan el Grande (artífice de la unificación de mucha parte del territorio ruso). En los alrededores, junto a varios edifícios gubernamentales también hay otras iglesias interesantes y exposiciones, además del gran cañon y la campana del zar. Esta última, de grande que era, se cayó y rompió antes de poder ser izada y permanece allí para delicia de los turistas…

Tras comer en la comercial calle Arbat decidimos terminar el día sumergidos en el metro Moscovita. Construido como regalo al pueblo, alguna de las paradas son verdaderas obras de arte, más similares a palacios que a una estación de metro. Entre las que destacan por encima del resto están Mayakovskaya, Novoslobodskaya, Ploschad Revolustki, Komsomolskaya y Belorusskaya. Cada una tiene características propias y en todas se pueden encontrar simbología comunista.

Como punto final a nuestra breve visita moscovita nos acercamos hasta la Estación Moscú Kazanskaya desde donde tomaríamos el siguiente tren de nuestra ruta transmongoliana. Siguiente parada Kazán, la capital del Tartaristán. ¿Nos vemos allí?

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