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  • Foto del escritorEfrén Con uVe de Viaje

CHILE capítulo 7: Del Volcán Isluga al final del viaje.


En el último capítulo de nuestro viaje en el norte de Chile quedábamos durmiendo, a la espera de ayuda, atascados en una duna junto al Gigante de Atacama (leer la entrada anterior aquí). En este último episodio descubriremos un impresionante parque

nacional, las fiestas patrias en todo su esplendor y regresaremos a Antofagasta, cerrando así nuestro roadtrip de más de 4000 kilómetros (puedes ver aquí el mapa de la ruta norte al completo) en el norte chileno. Una viaje cargado de emociones y recuerdos que esperamos hayáis disfrutado con nosotros en esta serie de capítulos.

Dia 18: Gigante de Atacama - P.N. Volcán Isluga - Iquique (442 km)

Una vez fuera de la duna gracias a nuestros amigos partimos dirección al Parque Nacional Volcán Isluga. Mientras nos dirigimos de nuevo hacia las llanuras altiplánicas los paisajes asombrosos se van sucediendo a medida que ascendemos por encima de los 4000 metros, ya muy cerca de la frontera con Bolivia. Ahora por carreteras secundarias vamos atravesando minúsculos pueblos, como Isluga o Enquelga (donde hay un centro de recepción de visitantes que no logramos encontrar y unas termas), habitados por unas pocas familias aimaras dedicadas a la ganadería de camélidos. En Chile nos podemos encontrar llamas y alpacas (domesticadas), vicuñas y guanacos (en estado salvaje) y nosotros tuvimos la suerte de verlas a todas.

Nos adentramos por el Parque Nacional Volcán Isluga, a través de paisajes salvajes e inhóspitos. Volcanes y cerros se combinan con llanuras y lagunas regalándonos con vistas inmejorables. Paramos a comer en la laguna de la llanura Arabilla con el Volcán Isluga humeante al fondo, resguardados en unas ruinas seguramente relacionadas con el pastoreo. Allí nos encontramos de nuevo con Fran y sus amigos que hacen una ruta similar pero en dirección inversa.

Seguimos por caminos de tierra y piedras lejos de cualquier resto de civilización y nos encontramos con un pequeño asentamiento aimara, Mauque, donde paramos a preguntar por la ruta a la única famila que aún vive allí. Los más ancianos por estos lugares remotos casi no hablan español (como ya vimos en Enquelga) pero los miembros más jóvenes sí de modo que finalmente nos indican el camino hacia los géiseres de Puchuldiza, nuestro último alto en esta zona. Valeria, la más pequeña de todos, nos despide con su inolvidable sonrisa mientras comparte con su hermano el paquete de galletas que le dejamos de recuerdo.

Ya en los Géiseres de Puchuldiza nos encontramos con una de las últimas maravillas salvajes que nos depararía esta aventura. En medio de una inmensa llanura, rodeada de enormes cerros y volcanes de más de 5000 metros, vemos varias fumarolas pero sobretodo destaca un gran géiser que lanza con furia su chorro ardiente varios metros. Y como contraste, a su lado, un enorme montón de hielo, formado como consecuencia de las temperaturas extremas (estamos de nuevo a más de 4200 metros sobre el nivel del mar) que consiguen congelar el agua del geiser. Además dos ñandús son testigos inmutables de nuestro asombro.

La puna empieza a hacer mella de nuevo en nosotros y aún queremos llegar hasta el nivel del mar antes de que acabe el día, por lo que nos lanzamos en un descenso vertiginoso y obligatoriamente eficiente aprovechando el desnivel natural de las carreteras, ya que no nos queda casi diesel y aún tenemos 250 kilómetros por delante hasta la siguiente gasolinera. Cerca ya del gigante la puesta de sol fue espectacular y ya con la noche cerrada sobre nosotros y más de 100 kilómetros en la reserva llegamos a la gasolinera de Alto Hospicio, justo antes del descenso a Iquique. Por los pelos.

La noche la despedimos visitando la ramada iquiqueña y entre "terremotos", comida tradicional y risas despedimos junto a nuestro amigos las fiestas patrias sin darnos cuenta que al día siguiente nos esperaba un largo viaje.

Día 19: Iquique - Antofagasta (415 km)

El único objetivo del día fue llegar de nuevo a Antofagasta, desde donde al día siguiente cogeríamos un avión de vuelta a Santiago, siguiendo la carretera costera y si encontrábamos un lugar adecuado, hacer una última parrillada en el camino. Circulamos más de 400 kilómetros, por primeva vez dirección sur, con una única parada en la sosa Tocopilla. El recorrido es el típico paisaje costero chileno, con los cerros y la camanchaca de acompañantes, bonito, pero tal vez por el cansancio de la ramada del día anterior un poco monótono y largo. Cuando llegamos a Antofa ya había caído la noche así que buscamos sin más el apartamento de Fran donde pasaríamos la penúltima noche en Chile.

Día 20: La Portada - Aeropuerto Antofagasta (25km) - Santiago

El roadtrip tocaba a su fin. Dejamos Antofagasta, la ciudad de donde el desierto termina en mar, y ya de camino al aeropuerto paramos en la famosa Portada, monumento natural que nos deja un poco indiferentes después de todos los lugares increíbles que hemos descubierto. En el aeropuerto tocaba devolver la que había sido nuestro hogar las últimas dos semanas. Cuando el agente de la compañía de alquiler estaba revisando que todo estuviese en orden vio que uno de los guardabarros estaba suelto de un tornillo, posiblemente desde el incidente en la duna. La sorpresa mayúscula vino cuando este señor quería cobrarnos 300€ para solucionar el problema. Como es de imaginar nos pareció una estafa y allí estuvimos discutiendo. El llegó incluso a amenazarnos de que cobrarían la fianza completa si no pagábamos allí mismo, cosa que finalmente hicimos a regañadientes porque nuestro avión partía. Finalmente arreglaríamos el problema directamente con la agencia de alquiler aunque este incidente nos dejó un poco mal sabor de boca no íbamos a dejar que esto estropease un viaje hasta el momento fantástico.

Tras un vuelo interno barato (con skyairline) ya en Santiago nos despedimos de nuestros amigos tomando unas cervezas en las animadas terrazas de la capital y finalmente con una sabrosa cena de nuevo en un restaurante peruano. Ya sólo quedaba una noche y un par de vuelos más y el viaje habría terminado...

Día 21: El final de viaje

Dicen que todo lo bueno se acaba. Para nosotros Chile fue una experiencia inolvidable, donde conectamos con el explorador que llevamos dentro y nos dimos aún más cuenta de la pasión que ambos tenemos por viajar, por descubrir nuevos lugares, culturas y gentes. Chile fue sólo el comienzo, la chispa que hizo saltar todo. Ahora, casi dos años después estamos embarcados en un viaje mucho más largo. Con uVe de Viaje es nuestro actual proyecto de vida, y aunque no sabemos a qué puerto llegará, estamos seguros de que nos va a cambiar para siempre y que tal vez sin Chile nunca hubiese llegado a hacerse realidad, ¿o tal vez si?

y así cerramos este diario de viaje. Continuará, siempre continua...

Puedes ver más imágenes de esta etapa en nuestra Galería de Fotos.

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