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  • Foto del escritorEfrén Con uVe de Viaje

Proyecto Con uVe: escuelas de Filipinas


Como prácticamente todos los que nos venís siguiendo ya sabéis, además de viajar, en Con uVe de Viaje también queríamos generarr un impacto positivo en alguno de los muchos lugares por los que pensábamos visitar en nuestra vuelta alrededor del mundo. Y es así como surgió el Proyecto Con uVe y también así como la idea de la venta solidaria de camisetas vio la luz. Fuisteis muchos los que mostrasteis vuestro interés en esta iniciativa y así llegamos a vender un total de 220 camisetas. Tras descontar los gastos y con varias pequeñas donaciones alcanzamos la cifra de 1300€ superando con creces nuestras mejores expectativas.

Son todos los que están pero no están todos los que son.

Mientras estábamos metidos de lleno en la venta de las mismas nos empezamos a mover y buscar una buena forma de utilizar ese dinero. Fue así como entablamos conversaciones con Fernando, asesor de Educación del Ministerio de Asuntos Exteriores Español en Filipinas. Tras interesarse en nuestro proyecto Fernando se ofreció a ponernos en contacto con dos escuelas de Manila que forman parte del programa para la reincorporación del idioma español en la enseñanza pública en Filipinas. A nosotros nos pareció muy interesante y tras intercambiar varios e-mails nos pusimos en contacto con Elmer y Ace, profesores de español en las dos escuelas seleccionadas, les explicamos nuestro proyecto y nos pusimos de acuerdo para visitar sus centros cuando llegásemos a Manila.

Poco más quedaba por hacer aparte de concretar el tipo de donación. A nosotros nos pareció que lo mejor sería materiales didácticos, libros y cuadernos de aprendizaje que podrían tener un mayor valor a largo plazo. De esta forma entablamos conversaciones con la Editorial Edinumen con la que llegamos a un acuerdo para un pedido de material educativo que permitiría a estos niños tener una educación de mayor calidad y sobre todo tener mayores oportunidades. En esto empleamos una buena parte de nuestro presupuesto, unos 450€ por escuela (un total de 889,77€). Además los responsables de Edinumen se comprometieron a añadir un lote con material extra de manera a modo de colaboración con nuestra iniciativa.

Se dio la circunstancia que en nuestro itinerario de viaje visitamos otras lugares antes que Manila y nos dimos cuenta de las necesidades que sufren en este país, especialmente en las zonas rurales. Fue así conocimos a Loreto, matrona en un barangay (división administrativa de menor orden) en Isla Bantayan y fue ella la que, mientras nos enseñaba el centro de salud, todavía dañado por el huracán Yolanda, nos comentó la falta de recursos en las áreas más rurales. En ese momento y sin pensarlo dos veces decidimos invertir una pequeña cantidad del presupuesto (86,5€) para comprar alguna de las cosas que Loreto y la gente de su barangay necesitaba.

Dos años después y este es el estado del centro de salud.

Pequeños gestos, grandes sonrisas.

Antes de nuestro vuelo a Manila también decidimos hacer una visita a Iwahig, un centro penitenciario en Puerto Princesa (Palawan) donde los internos disfrutan de un estatus especial a cambio de trabajo. Allí conocimos a varios de ellos, muchos aún jóvenes, que posiblemente no tuvieron demasiadas oportunidades en sus vidas pasadas y que por el motivo que sea cometieron un error que les condenó a pasar su tiempo alejados de la sociedad. En esta cárcel sin muros y donde algunos de los presos pueden incluso vivir con sus familias en casas construidas por ellos mismos, conocimos a Ricardo cuya historia nos marcó. Mientras le escuchábamos no podíamos dejar de pensar en que él posiblemente fuese un chaval normal, como los que visitaríamos en los próximos días y que tal vez, con nuestro pequeño gesto, quizás otro chico no comentará los mismos errores que Ricardo.

Y por fin llegamos a Manila y tras concretar las fechas arreglamos las dos visitas en días sucesivos a las dos centros. El primero de los días teníamos organizada la visita al Carlos. L. Albert High School, donde trabaja Elmer, pero desgraciadamente los últimos coletazos del tifón Nona (que sacudió las islas filipinas estos días) obligaron a la cancelación de las clases y por consiguiente nuestra visita. Al día siguiente teníamos la otra visita, al Bangkal High School, donde trabaja Ace. Pero como no nos queríamos ir sin conocer a Elmer y a sus alumnos replanificamos las dos visitas en el mismo día aún a sabiendas de que era una locura conociendo la fama del tráfico de Manila.

Así es como llegamos a la escuela de Elmer donde sólo pudimos hacer una visita rápida ajustando mucho los tiempos. Nos recibieron entre canciones y fotos, presentaciónes y alguna que otra tímida pregunta. La verdad que fue muy emotivo y a los dos nos duele que no hayamos podido pasar más tiempo con ellos pero hoy mandaba la agenda, aunque prometemos que si volvemos a Manila volveremos a visitarlos. Y es que ellos son los verdaderos protagonistas, nuestra inspiración.

Tras un viaje en taxi por el infierno de las calles de la capital filipina y con una hora de retraso llegamos a Bangkal donde Ace y el resto de profesores de español ya nos esperaban. Allí también tuvimos un recibimiento que sobrepasa con creces lo que dos humildes personas como nosotros merecemos. Y es que nos esperaba un programa especial en el que también hubo canciones, entregamos un pequeño detalle consistente en material escolar a los chicos (140€ entre las dos escuelas) e incluso recibimos sendos certificados de apreciación.

Durante ambas visitas nos tocó también decir unas pocas palabras de motivación a los alumnos y en ambas nos centramos en un guión bastante parecido. Entre otras cosas intentamos que el mensaje de nuestra visita no fuese la donación del material (que para ahorrar gastos de envío llegará en enero) sino la importancia de la educación en si misma. Con nuestro mensaje intentamos trasmitirles que el trabajo duro y el sacrificio son esas cosas que al final marcan la diferencia, especialmente en lugares donde la vida pueden ser tan dura como aquí. Y también que sigan estudiando y esforzándose para acceder a una vida mejor, a una vida decente, que por desgracia muchos de sus compatriotas no tienen la suerte de alcanzar.

Ellos son los protagonistas.

Y así, muy agradecidos con todos los que formasteis parte de esto, entre emociones a flor de piel, lecciones aprendidas y por que no decirlo, también un poco orgullosos por haber contribuido en este proyecto cerramos este primer capítulo del Proyecto Con uVe. Pero no os preocupéis que aún hay más, seguro que muchos ya habréis oído hablar de “Running for Nepal” así que estar atentos que comenzamos.

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